Nunca conocimos a la novia porque fue el regalo de boda de su mejor amiga, María.
Ésta acudió al estudio con la persona que mejor la conocía: su madre y buscando un ramo muy campestre, de un tamaño pequeño. Compuesto por flores que se asemejasen a especies que pudieran recolectarse en el campo.
Y con estas indicaciones, creamos el ramo Marta: un ramito silvestre delicado con una estudiada sencillez donde nada se ha dejado al azar, pero hemos conseguido el efecto que buscaban María y la madre de Marta.
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